Narcisse Noir EDT
El Perfume de las Leyendas
Más allá de la locura... Una Fragancia Divina.
Es quizás el más bello de los perfumes de Caron; sin duda el más extraño, misterioso e inquietante.
Para nada simplista, Narcisse Noir estira notas que son difíciles de discernir, para convertirlo en una especie de materia casi orgánica, oscura y perturbadora.
La sustancia está tan desplegada y manejada de manera que, en lugar de insinuar el reino vegetal, evoca los olores de la carne y el cuero, las aceitunas negras y los pliegues de la piel.
Algo a la vez refinado, sofisticado y brutal está en permanente tensión, entre los almizcles que suavizan la composición pero de ninguna manera la hacen inocente, y unas notas florales que, esquizofrénicas, se niegan a elegir entre la armonía y una cólera histérica irreprimible.
ORGÁNICA y PERTURBADORA
Narcisse Noir
DOS GÉNEROS; EL CINE NEGRO Y EL FEMENINO SON AHORA UNA FRAGANCIA INMORTALIZADA EN “SUNSET BOULEVARD”.
ENORME Y EXUBERANTE CON ASOMBROSAS Y OSCURAS NOTAS ANIMALES ES:
¡EL HECHIZO DE HOLLYWOOD!
ORIENTAL · FLORAL
CLÁSICO · OPULENTO
AÑO: 1911
NARIZ: Ernest Daltroff
"Narcisse Noir" es el erotismo capturado en un frasco. Uno de los aromas sexuales más rotundos del mercado.
Oscuro y misterioso, está teñido de peligro en cuanto a la sensualidad de Oriente se refiere y tal y como la imagina un europeo.
Es como la mejor de las pinturas prerrafaelistas.
En la mujer correcta, este afrodisíaco es prácticamente irresistible.
Creado en 1911, Narcisse Noir representaría el primer gran éxito de la casa Caron, especialmente en los Estados Unidos donde se convertiría en todo un récord de ventas.
Una piel sobre piel... ambas desvaneciéndose una a favor de la otra, lentamente.
Entonces, el perfume empieza a narrar su propia historia; a evocar las clásicas películas de Hollywood. Nos instala en ese otro mundo... invitándonos a olfatear asociaciones complejas. Animándonos a interpretar atrevidas mezclas de tonalidades cobrizas sobre una base húmeda y a la vez especiada.
También supuso un presagio y marcó el camino a posteriores éxitos en cuanto al estilo.
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En la salida, el narciso junquillo aparece temprano, apuntalado por una alfombra de flor de naranjo africano; unas flores blancas que, en ocasiones, son difíciles de discenir en detalle.
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En el corazón, primero sale a la luz un encantador jazmín dando paso a la siguiente impresión de la frangancia; una etapa en la que se produce un cambio firme, hacia el lado más oscuro del perfume a través de una rosa misteriosa y aterciopelada que prepara el descenso hacia la base.
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En el fondo, la nota animal surge gradualmente tomando el control. Notas ricas y profundas pero nada siniestras ni pesadas. La tensión se palpa con la aparición de un fresco vetiver y húmedo musgo confontándose con el exotismo atalcado y oriental del sándalo y el almizcle.