En el corazón de Japón, donde los cerezos pintan el cielo de rosa, nace una fragancia que susurra secretos de primavera: Somei Yoshino de Berdoues.
Este elixir captura la esencia efímera de los pétalos que danzan con el viento, invitándonos a una contemplación serena. Las hojas de shiso, provenientes de tierras niponas, aportan una frescura herbácea que despierta los sentidos, evocando mañanas bañadas por el rocío.
En su núcleo, el jazmín sambac de la India despliega su dulzura floral, tejiendo un lienzo aromático que envuelve con delicadeza.
Finalmente, el pachulí de Indonesia añade profundidad terrosa, anclando la fragancia en una armonía perfecta.