

Un jabón de glicerina con el aroma intenso y extremadamente agradable del Azahar, la flor blanca del Naranjo.
Se presenta en un estuche de colores vivos.
En Capri, entre abril y mayo, la Zagara vuelve a florecer. Y como la suave nieve, sus flores confieren una atmósfera blanca a todos los jardines de la isla, anunciando una estación de pureza y blancura.
Pero sus emociones son cálidas, precursoras del amor bajo el sol y bajo las estrellas, de los reflejos azules, del mar, de las cuevas, del aroma de las brasas y del limoncello, mientras en alguna villa lejana resuenan las lánguidas notas de Luna Caprese.
La alegría de vivir de la naturaleza reverbera en la isla...