AFEITADO
Jabón de Afeitar, Original Martin de Candre
50g / 200g
El primer jabón de afeitar de Martin de Candre
EL AFEITADO SE CONVIERTE EN UN AUTÉNTICO PLACER
Con el jabón de afeitar Martin de Candre, el afeitado se convierte en un auténtico placer.
Las principales ventajas de este jabón de afeitar son la suavidad de la espuma, muy fina, generosa, deliciosamente ligera y húmeda, de la que rápidamente se vuelve adicto.
La experiencia de un afeitado suave y muy apurado sin que la piel se sienta estresada. Un afeitado de calidad, que proporciona un momento de relajación a través de un bello gesto que se disfruta, incluso si se hace rápido con la costumbre.
MODO DE EMPLEO
- Humedecer el rostro con agua tibia.
- Mojar la brocha de afeitar en el agua caliente, sacudirla para escurrirla un poco (no debe estar encharcada).
- Untar la brocha de afeitar en el jabón, dando unas cuantas vueltas (no insista en hacerlo durante mucho tiempo) para eliminar sólo un poco de jabón de las puntas de los pelos.
- Escurrir previamente la brocha de afeitar permite trabajar con un jabón que permanece seco después de su uso (sin desperdicio de pasta).
- o directamente sobre el rostro extendiendo la fina y cremosa espuma, que se espesará y se volverá voluminosa y cremosa a medida que avance. Esta espuma se adhiere bien al rostro inmediatamente y el "masaje" con la brocha de afeitar prepara la piel para el afeitado.
- o haciendo subir la espuma en un recipiente que se ha sumergido primero en agua caliente, y que se acaba de escurrir (sin limpiar). Con rápidos movimientos de la mano, girar la brocha en el recipiente: la espuma sube y se vuelve rápidamente cremosa, abundante y fina. Sólo tiene que pasarla por la cara con la brocha y afeitar. Notará que no reseca y mantiene la piel húmeda.
- La espuma resultante permite un afeitado apurado con una agradable sensación de suavidad y máximo confort.
- La espuma puede utilizarse para un segundo o incluso tercer afeitado.
Después de su uso, eliminar el exceso de espuma con una toalla.
Para conservar el jabón de afeitar el mayor tiempo posible:
- si la espuma está muy húmeda después de usarla, ponga el tarro boca abajo para que escurra.
Fabricación del jabón
La rara cualidad del jabón de afeitar es que se elabora totalmente a mano, "a la antigua usanza", con el fin de preservar un proceso de fabricación originario de Marsella, conocido como "empâtage à chaud".
Este proceso, sencillo en sí mismo, ha requerido años de esfuerzo y desarrollo para conservar, en pequeñas cantidades, la calidad final de lo que antes se llamaba crema de afeitar.
El proceso de saponificación en el que la mezcla de aceites vegetales y potasa transforma las grasas en jabón, hará que éste sea extremadamente cremoso, permanezca suave, y dará una espuma muy particular, fina y duradera; las cualidades necesarias para un buen afeitado.
Este es el momento de probar entre los dedos y luego con la lengua para ver si el jabón "pica" o si es "dulce". Si pica, hay que dejar que se cocine un poco más para que se neutralice todo el potasio. Una vez terminado, el jabón puede dejarse sin perfumar o puede perfumarse. Los aceites esenciales naturales no están blanqueados ni coloreados; se fijan a partir de mezclas muy complejas de aceites esenciales y ceras o resinas naturales. Éstas darán al jabón un toque extra de suavidad y son conocidas por sus cualidades antisépticas. La pasta está terminada: se necesita paciencia y cucharas para llenar los tarros a mano y uno por uno.¡El jabón se pega, las ollas se desbordan!
Ahora, comienza una nueva etapa: la del secado.
El jabón de afeitar se elabora mediante la saponificación de una mezcla muy precisa de aceites vegetales y potasa, que se ha disuelto previamente en agua. Los aceites se precalientan a unos 50°C. En cuanto se introduce la potasa, la temperatura sube, y la violencia de la reacción la mantendrá a unos 90°C mientras dure el trabajo. Los vapores hierven y arden, la pasta en formación pasa de un aspecto de "salsa líquida", al de una "salsa espesa", antes de convertirse en una especie de "puré" muy pegajoso, luego compacto. Finalmente, el aspecto cambia de repente y se vuelve muy cremoso.
El jabón tardará al menos 4 ó 5 meses en secarse para eliminar el exceso de humedad. El secado se realiza en bastidores repartidos por las paredes del taller. El volumen del jabón en las ollas se reduce enormemente (de ahí la "cúpula" necesaria al principio...). Luego, llega el momento de apisonar para eliminar el aire que queda atrapado en la pasta, y para que los recipientes tengan sus respectivos pesos. Por último, hay que tener en cuenta los muchos pequeños pasos que conlleva la limpieza de los tarros, antes de etiquetarlos y envasarlos, sin olvidar, por supuesto, poner las "instrucciones del jabón de afeitar MdC", ¡imprescindible leer antes de utilizarlo!